Tú.

Señor precioso, no diré nada que no sepa, pero que son cosas que una no se cansa de repetir, ¿sabes?. Porque lo siento latiendo dentro.

No sabes lo agradecida que estoy con el hecho de que existas y que esa existencia esté encaminada a mi vida. Esa vida que busca terminar en tus brazos, que busca darte el último suspiro sólo a tí; esa vida que tú te ganaste porque la arreglaste al amarme como lo haces.

Nada ha sido perfecto, pero se marca un año ya y lo que más recuerdo son los momentos que hemos superado, todo en forma positiva, porque demuestra que no dejamos de luchar el uno por el otro. Somos dos polos diferentes que se atraen de una forma perfecta.