Without me.

Es impresionante cómo las ganas de vivir se pueden esfumar sin que te des cuenta. Un día eres la niña más alegre, o por lo menos la que mejor lo finge; la que ayuda a todos y siempre tiene una frase de aliento, y al otro simplemente estas en un cuarto de clínica porque la noche anterior le metiste tantos fármacos como pudiste a tú cuerpo. En un afán de terminar con todo.

La gente a tú alrededor llora y dice no comprender el "por qué" de lo que has hecho. Solo tú sabes cuantas lágrimas has derramado cada madrugada sintiéndote totalmente sola; sólo tú sabes que es lo que sientes por ti al mirar tú reflejo, al mirar en lo que se a convertido tú vida; sólo tú y únicamente tú puedes entender o comprender lo que se siente no sentir absolutamente NADA, lo que significa estar vacía y no saber cómo ayudarte. Porque, es más, nisiquiera te inmutas en hacerlo.

Te llega el típico sermón de que la vida debe continuar y que no hay nada que no tenga solución, entonces, sólo escuchas a lo lejos, sin molestarte en analizar cada una de sus palabras; porque has llegado al límite. Estas tan cansada de intentarlo sin obtener resultado alguno. Puede que tu positivismo estúpido hizo que ciertos días parecieran tan prometedores que te llevaron a sentir que volabas, pero siempre desciendes, sabes que a menudo ocurre de esa forma. Algo es lo suficientemente bueno, hasta que lo haces tuyo; parece que siempre tuvo que ser así, que todo esta destinado a salirte mal, o tal vez te equivocas tanto que te avergüenzas de vos misma y culpas al destino.

La sensación de querer ser alguien más te acompaño casi toda tú vida, y un día decidiste dejar de comer, para lograr que quieran ser como tú. Pero lo analizas y realmente no quisieras encontrar a alguien que lo desee, tal vez es por eso que alejas a todos, no quieres que nadie adopte alguna de tus actitudes.

Es muy complejo todo lo que pasa por tú cabeza y no entiendes por qué tienes que analizar tanto tú vida; sería mucho más fácil y mucho menos doloroso vivir sin pensar en el por qué de cada acción que realizas, de cada cosa que piensas; porque es así como ocurre, primero actúas y luego tomas conciencia de lo que has hecho. Y casi siempre reaccionas demasiado tarde.

No importa lo que digan o hagan, volverás a intentarlo, y en el fondo lo saben.